viernes, 9 de mayo de 2008

Nuevamente /II (Zoila Del Monte)

Pasaron unas semanas de eso, y de pronto tu corazón, ese que piensas que está frío como un iceberg, resulta que también le afecta el cambio climático y se derrite rápidamente ante la presencia de un niño, sí un hombrecito, que sin saberlo se había metido en tu corazón desde meses antes, y él por jugar y tú por sentir, se puso a decirte cosas lindas, a la mexicana, y tú que piensas que lo tienes todo bajo control, de pronto, esos mensajes comienzan a meterse en tu mente, y van directamente a esa niña pequeña que usa vestidos, y ella comienza a sentirse feliz porque alguien le manda mensajes de amor, y con los días comienza a bailar, y como la historia de las zapatillas mágicas, comienza a bailar sin parar, y cuando te das cuenta que la tienes que parar, que tu corazón se está abriendo más y más, quieres detenerla, y gritas por el teléfono que no quieres que te rompan el corazón.
Y claro, tú ya dijiste, aseguraste semanas antes que tú no quieres amar a nadie, que no sabes, que no te apetece, que los hombres para ti son un juego y que no quieres irte con ninguno y de pronto este hombre que baila, se metió en tu corazón, te la creíste completamente, sí como si tuvieras 13 años, como aquel chico que te besó por primera vez, y estás tan ilusionada como esa primera vez, y no lo puedes creer, ¿dónde quedó ese control con el que aprendiste a sobrevivir en un mundo de cabrones, según tu padre te decía?, si tu papá un día te dijo que él no estaba preocupada por ti porque sabías defenderte de los cabrones, que eras inteligente para eso. Y de pronto el pecho te duele, y los latidos de tu corazón no son rítmicos, el aire no entra en tus pulmones, te das cuenta que te han mentido, al menos las palabras que lees sabes que son para seducirte, que son un juego, pero la niña inocente salió a bailar y no supiste hasta que amaneciste hecha pedazos, y no querías de nuevo levantarte de la cama, y sólo querías pedir al cielo: ¡por favor necesito que alguien me quiera de verdad! Pero tu madre te dijo que tu no estabas hecha para eso, que sólo las niñas monas podían vivir eso, porque mujeres seguían las reglas, y tú no las sigues porque ¡eres caliente, porque te gusta imaginarte como te la chupan, y como te fajas con uno y con otro, y ves películas porno, y te excitas pensando en mujeres! Y una voz interna grita, ¡Para, que no puedes pensar en eso, porque las niñas monas son las que encuentran hombres que las aman, tú no puedes porque no sabes estar con ellos, porque no sabes escucharlos, porque te aburren, porque no das, NO das, NO das.. eso dice tu madre. Y tú, mientras ella lo dice sólo piensas, en la lucha de las dos mujeres dentro de ti, y te dices, bueno entonces lo único que me queda es ser la amante de un hombre casado con su lindo esposa?! Ser siempre la puta, la que no sabe amar, la come hombres, la rompe corazones, como te decía tu profesor de tenis desde que eras chiquita, ¿por qué te lo decía?, yo qué sé tal vez porque cuando tenías 13 años, caminabas con esa falda de tenis y los hombres mayores se te quedaban viendo las piernas, y tu te dabas cuenta de sus miradas, y no entendías por qué te veían así pero sabías que no era cómodo, y a partir de los 14 años comenzaste a usar shorts, y no faldas, comenzaste a esconder tus senos, y tu mirada mejor veía el piso, porque te daba miedo mirar a un hombre de frente y ver cómo se encendían sus ojos.
Y de pronto, al crecer, te diste cuenta por qué los hombres te veían de esa forma, y supiste que podías usar eso que tenías desde que naciste para tener mucho placer. Sí, ya sé no llores más, ya sé que nadie vio que también tenías sentimientos, y que muchos hombres sólo te vieron como una gran mujer, con quien coger, reír, hablar, y se fueron, te dejaron sola, te dejaron porque querían una mujer de esas que habla tu mamá, pero sabes que tú no eres así, y bla, bla, bla.
Escuchas los traumas de todas las mujeres y son exactamente lo contrario a los tuyos, las mujeres ven cómo sus maridos van y les pintan el cuerno con otras mujeres, y saben que no son guapas, que no son sexies, que no tienen las tetas que tienen las mujeres en la tele, etc.. y tienen que lidiar con eso toda su vida, y por eso se vuelven tan buenas madres, y tan buenas amigas, hermanas, hijas, esposas, pero tú, naciste al revés, los hombres te buscan exactamente para huir de sus esposas, de sus novias, de sus vidas, porque tú les das eso que otras mujeres no les dan, tú les das sueños, buena comida, buen vino, buena plática, y luego se van de vuelta a casa y tu te pones a volar, te pones a pensar en que es mejor ser tú que otra persona.
Y ya sé, no te desesperes, ya sé que tú también quieres un hombre que no se vaya, que no tenga novia, que no tenga miedo, que sea como tú, que vaya por la vida dando lo que tiene, abriendo su corazón en cada esquina, que pueda volar sin atarse a nada, sólo a tu mano, y que se besen todo el día y que no haya nada que los separe, y vivan juntos para siempre felices. NO, dice tu amigo, eso no existe, eso no es para ti, eres una mujer libre, no puedes desear encontrar al amor de tu vida, y sabes que en parte tiene razón, pero tu imaginación es muy fuerte, tu deseo lo nubla todo, tú quieres eso, quieres encontrar ese sueño, aunque tengas que subir montañas, nadar ríos, cambiar de sexo, de licencia, de casa, de ciudad, tú quieres encontrar a ese hombre. Y tu amigo te dice, NO, tú eres talentosa, no necesitas de un hombre que te ame, tú no eres de esas, y está exactamente del otro lado, y tú en tu interior lloras, mucho y tu vagina se llena de agua, y no es porque estés caliente sino porque ya no quieres tener vagina, ya no quieres calentarte nunca más, quieres volverte una monja e irte a vivir al monasterio, para que te dejen en paz esos pinches sentimientos que te traen un dolor de ovarios, que le quitan el brillo a tus ojos, que te hacen recordarlo, que te hacen sentir que sólo te han amado tan poco, tan lento, tan superficial.
Y te cansas de sentirte “especial” porque no eres especial, sólo estás desesperada, sólo estás llena de ansiedad, de miedo, de sueños, y no puede ser que los años pasen desapercibidos en ti, que no sepas que hacer a tu edad, que te sientas como la gota que resbala en el vidrio y parece que se suicida, NO, esa palabra te asusta, la has repetido varias veces, sabes que lo has pensado mucho, acéptalo, regresemos mejor a la gota que se suicida, que se avienta al abismo, después de una fuerte lluvia, y todo esto por culpa de los malditos mensajes que un niño, que baila, que te baila, te incita, a soñar, a volar y luego te dice: ahh, pero mi novia no tendrá problemas contigo, nos llevamos muy bien, puedo andar con las dos sin problemas. ¡Qué!, si corazón pero tú fuiste la que empezó todo, ¿te acuerdas?, si tu fuiste la que dijo la primera frase, ya sabías que tenía novia, ah pero se te olvidó esa noche, porque estabas viviendo el puro presente, y querías disfrutar, y sabes que todo esto es muy masoquista pero, ¿cómo salir de aquí?

Cuando miras tus ojos, ves esos ojos de colores, mixtos, como tu pelo, mixto, como tus sentimientos mixtos, como tu entendimiento del mundo, mixto, como tu sexo, mixto, como tu vida, mixta, entre sueño y realidad, no pisas con los pies el suelo, tocas con las manos las nubes, vuelas, lo sabes, sabes que sabes a dónde vas, y ahí no hay nadie que te moleste, nadie que presione, sobre todo, te sientes viva, te sientes libre de abrir los brazos ante la estrella, y que ilumine, y que esa luz entre por todo tu cuerpo, y te lleve a donde sólo las flores blancas te tocan, y el pasto es tan suave que tus pies flotan rozando ese dulce aroma a rocío, y caes de nuevo con la cabeza sobre la hierba, y sonríes y ahí no hay nadie que no te ame, porque el mundo te ama, porque tú amas al mundo, porque no se trata de un ser, se trata de un universo de flores, y nubes, de pasto y luz, un mundo donde existe el amor sin interrupciones físicas, un mundo donde perteneces, donde sabes que el amor es eterno, donde tu cuerpo no pesa, no importa su tamaño, donde el aire rosa tu cara, y te acaricia cantando la canción del eterno resplandor, de eterno amor, y ahí nada es imposible, nada es cursi, ahí no existe el sexo, no existe la carne, no existen los pensamientos: sólo tu ser y el mundo a tu alrededor, tú y tu inmenso amor, que puede salir sin miedo a que te lastimen.

Sabes: eres una mezcla

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