viernes, 9 de marzo de 2012
martes, 7 de diciembre de 2010
Carlos Jurado. O la constancia de la Luz.
miércoles, 4 de junio de 2008
Una fracción de la joven narrativa chiapaneca, indicios hacia una estética de la maldad (I/IV)
2. El arte va a la zaga de los sucesos culturales, trata de alcanzarle, trata de ponerse sino al frente, al menos a un costado, de los sucesos históricos.
jueves, 29 de mayo de 2008
Nuevamente /III (Zolila del Monte)
lunes, 12 de mayo de 2008
María (Aquella de la voz alondra)
, allá…hay una muerte y un rincón sobre la mesa, la luz llora, el cielo ríe, descorre el telón…
María se parió a sí misma, de su vientre nació la noche al firmamento…y dejó sobre una silla la placenta; vistió su angustia para no nacer desnuda, para no vivir sin sitio ató su voluntad a su locura, la mirada a sus deseos y… nube alta
abrió la puerta… una caricia de cielo recorrió las plazas
Soy
un presagio de júbilo
algo que viene a doler al dolor
mueca de luz frente a lo oscuro
soy en mi
acaso una esperanza
fuera de mi
soy aullido
una sirena que se encanta
la caricia de mis ojos
mariposa en la fiesta del polen
árbol en la contienda por la luz
¿Cuál de tus sonrisas me convirtió en un espíritu de tierra fértil?
¿En qué sitio has dejado el sabor a bosque de mi abrazo?
¿Qué fue del atardecer marino de tus ojos, de aquellas jaurías de besos que despertaban frenéticas las nervaduras de mi corazón?
¡Ay se hilaba el horizonte en tu mirada¡
Ay eran tus ojos mi destino
gota de luz para seguir tu cielo
¡Ay en tus ojos navegaba¡
Mi voz tocó tu boca
en el horizonte de tus besos
tu beso buscaba la tarde de mis ojos
en la marcha nocturna de mi sangre
tus besos
creando aventuras a mis sueños
su filo entre mis venas navegando
mi destino fluyendo hacia tu boca.
Me hice fuerte en tu retina
una impresión luminosa
que llegó del este
toco mi plumaje
volví vuelo de alondra
Derrumbamos nuestra cordura
como quien recoge versos
para sembrar luz
Y vimos la pata de un gallo detrás de la luna
y los negros de Harlem
siguieron el song de tu lengua
locos capaces de tocar su propia alma
fuimos
Esa tarde cerramos el libro del deber
como quien abre una ventana
a lo infinito
y se resguarda en el seno
de un cielo insondable
¿Para alcanzar tus ojos, habría de convertirme en luz?
¿Habré de llamar al viento con tu nombre?
viernes, 9 de mayo de 2008
Nuevamente /II (Zoila Del Monte)
Y claro, tú ya dijiste, aseguraste semanas antes que tú no quieres amar a nadie, que no sabes, que no te apetece, que los hombres para ti son un juego y que no quieres irte con ninguno y de pronto este hombre que baila, se metió en tu corazón, te la creíste completamente, sí como si tuvieras 13 años, como aquel chico que te besó por primera vez, y estás tan ilusionada como esa primera vez, y no lo puedes creer, ¿dónde quedó ese control con el que aprendiste a sobrevivir en un mundo de cabrones, según tu padre te decía?, si tu papá un día te dijo que él no estaba preocupada por ti porque sabías defenderte de los cabrones, que eras inteligente para eso. Y de pronto el pecho te duele, y los latidos de tu corazón no son rítmicos, el aire no entra en tus pulmones, te das cuenta que te han mentido, al menos las palabras que lees sabes que son para seducirte, que son un juego, pero la niña inocente salió a bailar y no supiste hasta que amaneciste hecha pedazos, y no querías de nuevo levantarte de la cama, y sólo querías pedir al cielo: ¡por favor necesito que alguien me quiera de verdad! Pero tu madre te dijo que tu no estabas hecha para eso, que sólo las niñas monas podían vivir eso, porque mujeres seguían las reglas, y tú no las sigues porque ¡eres caliente, porque te gusta imaginarte como te la chupan, y como te fajas con uno y con otro, y ves películas porno, y te excitas pensando en mujeres! Y una voz interna grita, ¡Para, que no puedes pensar en eso, porque las niñas monas son las que encuentran hombres que las aman, tú no puedes porque no sabes estar con ellos, porque no sabes escucharlos, porque te aburren, porque no das, NO das, NO das.. eso dice tu madre. Y tú, mientras ella lo dice sólo piensas, en la lucha de las dos mujeres dentro de ti, y te dices, bueno entonces lo único que me queda es ser la amante de un hombre casado con su lindo esposa?! Ser siempre la puta, la que no sabe amar, la come hombres, la rompe corazones, como te decía tu profesor de tenis desde que eras chiquita, ¿por qué te lo decía?, yo qué sé tal vez porque cuando tenías 13 años, caminabas con esa falda de tenis y los hombres mayores se te quedaban viendo las piernas, y tu te dabas cuenta de sus miradas, y no entendías por qué te veían así pero sabías que no era cómodo, y a partir de los 14 años comenzaste a usar shorts, y no faldas, comenzaste a esconder tus senos, y tu mirada mejor veía el piso, porque te daba miedo mirar a un hombre de frente y ver cómo se encendían sus ojos.
Y de pronto, al crecer, te diste cuenta por qué los hombres te veían de esa forma, y supiste que podías usar eso que tenías desde que naciste para tener mucho placer. Sí, ya sé no llores más, ya sé que nadie vio que también tenías sentimientos, y que muchos hombres sólo te vieron como una gran mujer, con quien coger, reír, hablar, y se fueron, te dejaron sola, te dejaron porque querían una mujer de esas que habla tu mamá, pero sabes que tú no eres así, y bla, bla, bla.
Escuchas los traumas de todas las mujeres y son exactamente lo contrario a los tuyos, las mujeres ven cómo sus maridos van y les pintan el cuerno con otras mujeres, y saben que no son guapas, que no son sexies, que no tienen las tetas que tienen las mujeres en la tele, etc.. y tienen que lidiar con eso toda su vida, y por eso se vuelven tan buenas madres, y tan buenas amigas, hermanas, hijas, esposas, pero tú, naciste al revés, los hombres te buscan exactamente para huir de sus esposas, de sus novias, de sus vidas, porque tú les das eso que otras mujeres no les dan, tú les das sueños, buena comida, buen vino, buena plática, y luego se van de vuelta a casa y tu te pones a volar, te pones a pensar en que es mejor ser tú que otra persona.
Y ya sé, no te desesperes, ya sé que tú también quieres un hombre que no se vaya, que no tenga novia, que no tenga miedo, que sea como tú, que vaya por la vida dando lo que tiene, abriendo su corazón en cada esquina, que pueda volar sin atarse a nada, sólo a tu mano, y que se besen todo el día y que no haya nada que los separe, y vivan juntos para siempre felices. NO, dice tu amigo, eso no existe, eso no es para ti, eres una mujer libre, no puedes desear encontrar al amor de tu vida, y sabes que en parte tiene razón, pero tu imaginación es muy fuerte, tu deseo lo nubla todo, tú quieres eso, quieres encontrar ese sueño, aunque tengas que subir montañas, nadar ríos, cambiar de sexo, de licencia, de casa, de ciudad, tú quieres encontrar a ese hombre. Y tu amigo te dice, NO, tú eres talentosa, no necesitas de un hombre que te ame, tú no eres de esas, y está exactamente del otro lado, y tú en tu interior lloras, mucho y tu vagina se llena de agua, y no es porque estés caliente sino porque ya no quieres tener vagina, ya no quieres calentarte nunca más, quieres volverte una monja e irte a vivir al monasterio, para que te dejen en paz esos pinches sentimientos que te traen un dolor de ovarios, que le quitan el brillo a tus ojos, que te hacen recordarlo, que te hacen sentir que sólo te han amado tan poco, tan lento, tan superficial.
Y te cansas de sentirte “especial” porque no eres especial, sólo estás desesperada, sólo estás llena de ansiedad, de miedo, de sueños, y no puede ser que los años pasen desapercibidos en ti, que no sepas que hacer a tu edad, que te sientas como la gota que resbala en el vidrio y parece que se suicida, NO, esa palabra te asusta, la has repetido varias veces, sabes que lo has pensado mucho, acéptalo, regresemos mejor a la gota que se suicida, que se avienta al abismo, después de una fuerte lluvia, y todo esto por culpa de los malditos mensajes que un niño, que baila, que te baila, te incita, a soñar, a volar y luego te dice: ahh, pero mi novia no tendrá problemas contigo, nos llevamos muy bien, puedo andar con las dos sin problemas. ¡Qué!, si corazón pero tú fuiste la que empezó todo, ¿te acuerdas?, si tu fuiste la que dijo la primera frase, ya sabías que tenía novia, ah pero se te olvidó esa noche, porque estabas viviendo el puro presente, y querías disfrutar, y sabes que todo esto es muy masoquista pero, ¿cómo salir de aquí?
Cuando miras tus ojos, ves esos ojos de colores, mixtos, como tu pelo, mixto, como tus sentimientos mixtos, como tu entendimiento del mundo, mixto, como tu sexo, mixto, como tu vida, mixta, entre sueño y realidad, no pisas con los pies el suelo, tocas con las manos las nubes, vuelas, lo sabes, sabes que sabes a dónde vas, y ahí no hay nadie que te moleste, nadie que presione, sobre todo, te sientes viva, te sientes libre de abrir los brazos ante la estrella, y que ilumine, y que esa luz entre por todo tu cuerpo, y te lleve a donde sólo las flores blancas te tocan, y el pasto es tan suave que tus pies flotan rozando ese dulce aroma a rocío, y caes de nuevo con la cabeza sobre la hierba, y sonríes y ahí no hay nadie que no te ame, porque el mundo te ama, porque tú amas al mundo, porque no se trata de un ser, se trata de un universo de flores, y nubes, de pasto y luz, un mundo donde existe el amor sin interrupciones físicas, un mundo donde perteneces, donde sabes que el amor es eterno, donde tu cuerpo no pesa, no importa su tamaño, donde el aire rosa tu cara, y te acaricia cantando la canción del eterno resplandor, de eterno amor, y ahí nada es imposible, nada es cursi, ahí no existe el sexo, no existe la carne, no existen los pensamientos: sólo tu ser y el mundo a tu alrededor, tú y tu inmenso amor, que puede salir sin miedo a que te lastimen.
Sabes: eres una mezcla
lunes, 5 de mayo de 2008
Nuevamente /I (Zoila Del Monte)
Nuevamente, tu abrazo, me funde, me come con miel y limón, me lleva al techo y me voltea de cabeza, me hace morir de risa, y cuando mis restos quedan entre tus brazos, me caigo de nalgas, y comienzo a hacer berrinche. Tú sabes que es puro juego, que juego a ser mala, juego a ser triste, juego a ser desubicada, me encanta esa palabra, saca de onda, y todo el mundo te tira de a loca, y tú vas por la vida feliz porque nadie te persigue, te dieron por pérdida, en LOCATEL ya no te buscan, y andas en tu casa desnuda, ahora hasta con pelo de peluca, para que se vea más la locura.
Dejaste un trabajo más, dejaste a un hombre más, y brincas en la cama de felicidad, porque amas salir corriendo, porque amas lo que se acaba, porque amas la sensaciones de nuevo, de otra vez, de a ver qué pasa, y comes rancheritos y coca cola aunque los ecologistas se enojen, y sacas la panza para sentirte más grande, y ya cuando andas dando vueltas te lo encuentras de nuevo, y te metes entre sus canas, y en su cama.
Sólo falto que saltaras en paracaídas, dentro de la selva lacandona, y te vistieras de manta y te dejaras crecer la barba y el pelo de las piernas. Pero casi, uno nunca sabe, y este sabor a libertad, a camino vacío, a viento soplando en las hojas del invierno, te emborracha y las carcajadas se oyen hasta el centro y se mezclan con las campanadas de la catedral.
Cuéntales como es que te fuiste al desierto y te convertiste un ratito en cactus, y viste que el espíritu del viento te acompañaba y te reías y te excitabas tanto que hasta el güero, tu maestro, se dio cuenta, y tú como siempre tratabas de controlar lo que había dentro, hasta te metiste a la tina por unas horas, pero sabes que no funcionó tanto porque hasta en el camión venías pensando como te le ibas a aventar, sin que su esposa se diera cuenta.
Pero pusiste cara de compungida y niña de rancho, sí una nueva faceta tuya, de provinciana, de esas que se ríen muy quedito pero se andan tocando todo el tiempo porque andan como fogatas a media noche.
Y luego pasaron unos hombrecitos por tu cama, y tú brincabas de nuevo en la cama, pero sobre ellos: parecía porque de plano ni te hacían cosquillas, hasta que agarraste un camión a la playa, y ahí sí te saciaste porque lo encontraste, encontraste a ese que nadie mira con atención porque no parece nadie interesante, y caminaste con él y ahora si pudiste sacar tus alas, pudiste quitarte la máscara, pudiste darte por encontrada, ahora sí quisiste marcar en el mapa el acontecimiento, encontraste un hombre que te llega a la altura, y casualmente descubriste que era una mujer, ¡Quéeee!!!! dice la gente, ¡cómo que una mujer?, pero ¡¿Como es posible tal cosa..? Sí una hermosa mujer metida dentro de un hermoso hombre, la combinación perfecta!!!, felices se mezclaron sus fachadas, sus alientos, sus desmanes, sus tontas ideas, y reías tanto que casi te quedas estampada en la pared de ese cuarto como mural para convertirte eternamente en recordatorio de la verdadera felicidad, (en realidad quisieras ser una estatua griega ya lo sé, pero eso lo decimos en otro momento) estamos entonces en la felicidad, sí, ¡yupi!, esa que no se piensa, que no se extraña porque se queda circulando por las venas un buen rato, suficiente para regresar de un salto a las montañas y seguir jugando con los niños y mandando al carajo a las mujeres amargadas, frígidas, envidiosas que miran tu cara con su cara de muppet, y tú por adentro de ríes más y más y más.. hasta que sueñas que haces el amor con tu padre que murió hace 10 años y te asustas, ¿pero, es que estaré ya tan malita de mi cabeza?, pero luego tu terapeuta te dice, “No, es la imagen masculina con la que te estás reencontrando”. “Ah, bueno”, dices tú tranquilizada porque no recuerdas que a tus 12 años le quisieras brincar a ese viejo que ya no respiraba bien.
Te pones en cuclillas sobre la ventana, y miras las nubes azules, y tus ojos de gato se vuelven color miel, y te conviertes en colibrí un rato, y vuelas sobre los tejados y cuando encuentras uno bueno te conviertes en gato de nuevo, entras por la ventana, una ventana de madera y ves a un hombre de cabello marrón y lentes tocando la guitarra, y te le quedas mirando un largo rato, porque es hermoso el sonido que sale de ese instrumento, y el sol se mete detrás de ti, y el cielo se convierte en un naranja con morado que se refleja en las paredes azules de la habitación.
El no sé da cuenta de que estás ahí, de que lo miras, piensa que está solo, y se siente triste porque siente que nadie lo entiende, y tú sabes lo que piensa, y lo que siente, y la música de su guitarra cada vez es más profunda, no le falta nada, es como la misma luz del sol, y te dan ganas de besarlo, de quedarte con él para siempre, para mirarlo sin necesidad de comer o dormir: un gato disecado.
Saltas de nuevo, te vas de nuevo, porque los gatos son libres, los gatos siempre se van a rondar por el barrio, saltan de noche por los tejados y hacen cantos rituales a la luna y no son de nadie, no son de él, ni quieres que ellos sean de ti porque serían una carga para tu andar, así que mientras las notas de esa guitarra te acompañan por ese barandal, maúllas de melancolía porque sabes que es así, regresas a tu cama, y cuando te metes a las sábanas tienes olor a noche, olor a sueño, te acaricias como si fueras tu propia madre, maúllas por última vez, antes de quedarte dormida.
El ronroneo de tu cuerpo, levanta a los espíritus de tu casa, comienzan a cenar en la mesa y hablan de tí, y tú sabes que esas velas que prendes cada noche los llaman a tu encuentro, y sueñas que conversas con ellos, y conversas con ellos, sabes que llevan ahí muchos más años de los que tú has vivido en este mundo, sabes que se burlan pero también que ayullentan a los que no te convienen, y la cama se sigue moviendo cada vez más duro, la llama de las velas comienzan a ondear como si una tormenta estuviera llenando tu cuarto de agua, pero sabes que son tus lágrimas las que lo llenan todo, que es tu ansiedad que mueve esas paredes, y rezas para que alguien te salve, pero nadie te salva, tratas de mirar y sólo ves sombras que caminan, que entran por la puerta y salen por el techo, y una niña camina arrastrando su muñeca, sabes que perdió a su madre, como tú la perdiste a ella, y vas al baño y ahora sí te dices, “me estoy volviendo loca, no sé estar sola, ¿a quién le habló?, ¿pero ya es muy noche?, ¿qué van a pensar de mí? Regresas corriendo a tu cuarto porque sientes que el demonio te persigue, sí, como cuando corrías al cuarto de tus papás y decías, ¡mamá, mamá, me persigue el demonio!, pero luego te explicaron que el demonio es el placer engendrado en arquetipo, y sabes que cuando se te aparece es porque andas con el sexo caliente, y quieres chupar la sangre de otro hombre en el camino.
Tiemblas como la víctima que alguna vez has sido, sabes que cuando salga el sol de nuevo, y todo sea claridad, saldrás desnuda al sol y tu cuerpo se llenará de luz y más placer, porque tu cuerpo desnudo en el pasto hace que el mundo sea más bello, como un desnudo eterno, como la carta de la estrella del tarot, que no cambia más que de marco, pues el cuerpo es el mismo, eso te gusta ser, lo sabes, y cuando toquen a la puerta de nuevo, guardarás silencio y no abrirás para que el mundo no se entere de que tú eres tu propio mundo y las nubes, los carabelas que ayudan al vuelo continuo de tu alma.