domingo, 20 de abril de 2008

J. D. Salinger El misterio de un escritor

En estos tiempos no causa ninguna sorpresa que escritores salgan con sus dotes de divas en la televisión, hablando de cualquier tema, promoviendo su activismo político para una causa en especifico. Pero los insoportables son los “escritores” que para estar en la palestra del debate nacional, toman posición sobre situaciones sentidas y de peso de la historia de México, con la finalidad de aumentar su popularidad dándose baños de pureza intelectual, pues de otra manera no los leerían, ya que su producción literaria (nada notable) no causa ningún efecto en la crítica cultural mas haya de sus propias mafias. Como podría darse cuenta el lector, Héctor Aguilar Camìn, encaja bien en esta descripción, que con su argumentación sobre el caso de Acteal pretende sustentar la hipótesis que el gobierno mexicano ha promovido durante 10 años. Lo que ha provocado que a la fecha los sobrevivientes de la masacre, sigan reclamando justicia ante la impunidad total. Bueno, a esto qué tiene que ver con J.D. Salinger, en estricto sentido nada, sino al contrario representa lo opuesto, es de los escritores que no soportan la celebridad ni el éxito ni las entrevistas, es el tipo de artistas que dicen más con su calidad en su obra literaria y que claramente tienen un compromiso con la palabra, con el arte y por lo consiguiente con la sociedad que les toca vivir.
J. D. Salinger nació en Nueva York, Estados Unidos, el primero de enero de 1919 en el seno de una familia acomodada, hijo de un comerciante polaco de origen judío y de una irlandesa católica. Era silencioso y pensativo, pero a la vez ingenioso y sutil, poseía un sentido peculiar del sarcasmo, ama a la literatura. A los quince años decidió ser escritor, y en 1939 fue alumno de Whit Burnett en sus clases de cuento de la Universidad de Columbia.
En 1944 era sargento del Ejército, combatió en la playa Utah durante el desembarco en Normandía y luego trabajó como interrogador de agentes de la Gestapo. Poco después comenzó a publicar sus primeros cuentos en las revistas Collier`s, Esquire, y posteriormente en el New Yorker, proyectándose como un escritor intimista de gran agudeza psicológica.
En la posguerra publicó algunos cuentos emblemáticos que ocasionaron impacto entre los jóvenes: “Un día perfecto para el pez plátano” o “El hombre que rie” que le dieron a conocer ante la crítica literaria de su país.
La obra publicada que se conoce al momento: “El guardián entre el centeno (1951); Nueve cuentos (1953); Franny y Zooey (1961); Levanta, carpinteros, la viga y el tejado y Seymour (1963)”. Sin embargo a partir de la publicación del libro, “En busca de J. D. Salinger” del autor Ian Hamilton, se supo que Saliger ha escrito por lo menos dos novelas más y diversos cuentos. La existencia de la biografía, ocasionó por un buen tiempo demandas judiciales contra Hamilton.
Cuando publica su novela “El guardián entre el centeno” en 1951 fue una bomba que impactó a su generación. Cuestionó su época, ya que mostraba el atraso de una sociedad puritana e hipócrita que se destapó ante la critica social y cultura de las años posteriores, pues se conecta con la revolución cultural de los años 60´s, que tuvo como uno de sus puntos álgidos el acontecimiento histórico del 68´ mundial. William Faulkner saludó a la novela “El guardián entre el centeno” como la mejor novela de su generación. A partir del éxito que lo colocó en los reflectores del mundo de la literatura, Saliger decidió en 1965 retirarse a un rancho de Cornish (New Hampshire) a escribir y apartarse de la faramalla de los medios, convirtiéndose en un mito.
A sus 89 años sigue escribiendo. Vive en su casa de Connecticut, alejado de periodistas, críticos literarios, no ve a nadie, y repele a los extraños. Lo que no puede evitar es ser uno de los escritores que ha marcado a toda una generación literaria de la mitad del siglo XX, y ha influido a autores de la talla de Alessandro Baricco, John Updike, Harold Brodkey, Philip Roth, por mencionar algunos.
Dato curioso fue la subasta en 2002 de 14 cartas por la cantidad de 156.000 dólares. Realizada por una de sus amantes, Joyce Maynard. Las compró un admirador de Salinger, de nombre Peter Norton, creador del programa antivirus, quien después de comprarlas las devolvió al escritor.
Otro aspecto contundente es que con la novela “El guardián entre el centeno” ha sido uno de los libros más vendidos y leídos en el mundo, traducido a más de 40 idiomas, la composición y la rigurosidad de la cual esta formada la novela emblemática, sigue cautivando a sus lectores.
Pedro Faro
Valle de Jovel
080417

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